El girasol (Helianthus annuus) es una planta floral conocida por todas las personas. Famosa por su gran flor de color amarillo la cual sigue al sol, esta planta tiene gran importancia en la dieta de muchas personas. Además, tiene un gran impacto en la economía de muchos países. A partir de la semilla de girasol se obtiene aceite para cocinar, además de ser un excelente aditamento nutricional.
Se le puede encontrar en una gran variedad de climas, crece principalmente en praderas con una gran cantidad de agua y luz. La flor, la cual es de gran tamaño, tiene la capacidad de girar hacia la dirección del sol, y de esta forma incrementar la cantidad de luz que puede absorber en el transcurso del día. Es una planta anual, por lo que cada año la planta muere y deja una gran cantidad de semillas las cuales crecerán el próximo año.
El girasol es una planta herbácea de gran tamaño. Su tallo puede superar los dos metros de altura. Del tallo se desprenden pocas ramas, estas son rígidas y crecen de forma erecta. Las hojas tienen forma triangular y una consistencia rígida. La flor es de color amarillo y gran tamaño, por lo general supera los 10 centímetros de diámetro. El peso de las flores llega a ser tal que dobla los tallos de la planta.
En el centro de la flor encontramos el fruto, el cual se conoce como pepas o pipas. Éstas miden alrededor de dos centímetros, su color es negro o blanco y tiene una consistencia rígida. Dentro de la pipa encontramos la semilla, esta mide menos de 1 centímetro. La semilla del girasol es la parte de mayor interés. La colecta se suele hacer durante el otoño.
Se puede adquirir girasol fácilmente en las tiendas y supermercados. Así mismo el acdeite de girasol se puede comprar en cualquier tienda convencional.
Propiedades terapéuticas
Como mencionamos anteriormente, la semilla del girasol es la parte de mayor interés. La semilla contiene una gran variedad de aceites y ácidos grasos: ácido linoleico, ácido palmítico, ácido esteárico. Estos son ácidos grasos insaturados, por lo que son recomendables para personas que padecen de niveles altos de colesterol. Además ayuda a reducir los niveles de colesterol LDL (el llamado colesterol malo) e incrementa los niveles de HDL (el llamado colesterol bueno). De froma general podemos decir que el aceite de girasol es una excelente opción para mantener nuestra circulación y corazón saludable.
En la semilla también se encuentra lecitina y ácido cafeico y vitamina E sustancias que pueden ser de interés en diversas dietas. La presencia de omega 6, omega 9, y aceites esenciales son benéficos para la salud. El omega 6 ayuda a regular nuestro sistema nervioso, combate problemas de ansiedad, estrés y falta de ánimo. Se cree así mismo que el omega 6 puede combatir enfermedades neurodegenerativas como el alzheimer.
Las flores y las hojas son ricas en minerales (calcio y fósforo principalmente). Anteriormente se usaban en diversas dietas pero hoy en día es poco común.
El aceite de girasol posee también propiedades antiinflamatorias. Estas se han estudiado y se cree que podría ayudar en el tratamiento de enfermedades inflamatorias como la artritis.
Modo de uso
- Aceite de girasol. Se puede adquirir en cualquier tienda de consumo. Se usa principalmente para cocinar. Es importante evitar el reusar el aceite de forma excesiva ya que esto deteriora la calidad del aceite (lo “quema”). Los compuestos que se producen al hervir el aceite se han asociado con la incidencia de cáncer. Además, al usar el aceite este adquiere el sabor de los alimentos, por lo que su reuso puede causar sabores extraños.
- Semillas crudas. Se pueden adquirir en el mercado y son botanas populares. En muchas ocasiones se condimentan con una gran cantidad de sal, por lo que aquellos con hipertensión deben moderar su consumo.
Recomendaciones adicionales
Es importante señalar que el consumo elevado de aceites puede ser contraproducente, especialmente para personas con problemas del corazón. Es importante siempre consultar a un médico.
Si se usa el aceite de girasol para freir alimentos