Propiedades Medicinales Carlina Angélica

carlina

Antibiótico. Colagogo. Diurético.

La carlina angélica, Carlina angélica (Carlina acaulis), también es conocido por el nombre de cardo de San Pelegrín o carasol. Se trata de una hierba bianual la cual crece rápidamente en el primer año y florea durante el segundo.

Se le suele ver en praderas y cordilleras, crece en lugares templados tanto a la sombra como en plena luz.

La planta suele tener un tallo muy corto y en ocasiones crece prácticamente al ras del suelo, cual si la misma flor emergiera de la tierra. Posee hojas las cuales protruyen a los alrededores y forman un tipo de almohadilla. La raíz es gruesa y profunda, pudiendo alcanzar hasta 1 metro de profundidad por lo que no resulta fácil extraerla.

Para fines medicinales la parte de interés de la carlina es precisamente la raíz. Debido a la dificultad que implica extraer la raíz con las manos, es necesario usar pico y pala, una vez extraída la raíz se corta en trozos pequeños y se seca a la sombra pero a temperatura alta. Se recomienda hacer la colecta durante el invierno ya que sus componentes activos son más elevados durante esta época.

Cabe señalar que hoy en día su uso es limitado. Por un lado la especie se encuentra amenazadas, y por otro lado muchas de sus propiedades se pueden encontrar en otras plantas.

Propiedades terapéuticas

La raíz de la carlina es rica en inulina, taninos y resinas. Posee un aroma similar al de la alholva debido a estas sustancias. Las propiedades de la carlina incluyen aperitivo, colagogo y diurético. El primero ayuda a mejorar el apetito antes de las comidas, ideal para episodios de falta de hambre; el segundo ayuda a la expulsión de la bilis; y la última ayuda a la expulsión de líquidos del cuerpo.

Se le suelen atribuir muchas otras propiedades pero existe poca información al respecto. Entre ellas se dice que sirve como antibiótico, antigripal y que ayuda a disolver las piedras de los riñones.

Modo de uso

Precaución. Es una planta ligeramente tóxica, por lo que su uso debe ser supervisado y nunca prolongado. Debido a sus limitados usos y toxicidad, su uso hoy en día es poco común. Nosotros aconsejamos recurrir a otras plantas con efectos similares, con nula toxicidad y que no se encuentren en peligro de extinción.

  • Vino. En algunas regiones se prepara este vino el cual tiene propiedades tonificantes y aperitivas. Se debe macerar la raíz en un vino blanco, se colocan 100 gramos de raíz en pedazos pequeños y se macera durante un mes completo, siempre agitando la mezcla por lo menos una vez al día.
  • Infusión. Con 5 gramos secos de la raíz y 200 Ml de agua. Se deja hervir y después reposar durante 20 minutos. Se sugieren hasta 3 tasas al día.
  • Ensalada. En algunos países, principalmente aquellos alrededor de Los Alpes, se emplea el receptáculo de la planta como verdura y se emplea en ensaladas u otros platillos.

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