Kéfir y sus propiedades digestivas

Conocido como el yogur búlgaro, el kéfir es un tipo de leche fermentada comúnmente utilizada para mejorar la salud de nuestro organismo.

Qué es el kéfir

El kéfir es un producto lácteo, similar en textura y color al yogur líquido tradicional, sin embargo, este nombre también es propio de los gránulos naturales utilizados para la preparación de este alimento.

Este producto apareció por primera vez al este de Europa y al suroeste de Asia, su nombre proviene de la palabra turca “keyif”, que significa “sentirse bien después de comer”.

Está compuesto de bacterias probióticas y diferentes tipos de proteínas, grasas, azúcares, vitaminas y minerales.

Todos estos elementos atraviesan un proceso de descomposición natural que dan origen a una sustancia blanca, liquida y suave, de allí que sea conocido como yogur búlgaro.

Sus gránulos naturales poseen un aspecto similar al de una coliflor, sin embargo estos son más blandos y consistentes.

La bacteria del kéfir está compuesta por múltiples microorganismos, dentro de los cuales destacan la Lactobacillus acidophilus, encargada de darle el tono blanco, y el hongo Kluyveromyces marxianus.

Beneficios del kéfir

Debido a su composición el kéfir es fuente de calcio (20%), fosforo (20%), proteína (5%), riboflavina B2 (19%), vitamina B12 (14%), vitamina D y ácidos grasos esenciales.

Gracias a sus nutrientes es un alimento que resulta útil contra malestares y enfermedades comunes como:

  • Estreñimiento: el kéfir contiene propiedades laxantes que regulan el funcionamiento del sistema digestivo.
  • Problemas cardiovasculares: disminuye la presión arterial y evita la concentración de colesterol malo en la sangre, además regula los triglicéridos.
  • Osteoporosis: contiene vitamina k2, un complejo encargado del metabolismo de los huesos, el consumo regular de este alimento evita las probabilidades de padecer la osteoporosis y la descalcificación.
  • Contribuye al sistema inmunológico: el gran aporte de vitaminas y minerales permite el incremento de las defensas del organismo.
  • Sobrepeso: el kéfir mejora la flora bacteriana del sistema digestivo, impidiendo la acumulación de grasas en el cuerpo, por lo que resulta ideal para una dieta para perder peso.
  • Asma y enfermedades respiratorias: las propiedades antinflamatorias del yogur búlgaro reducen la tos, congestión nasal y otros síntomas alérgicos.  
  • Diabetes: el consumo regular del kéfir disminuye los niveles de glucosa en la sangre.
kefir medicinal

Investigaciones realizadas

El kéfir que ha sido utilizado por más de 100 años en diferentes regiones de Europa y el suroeste asiático.

Investigaciones de la National Health Institute han arrojado que el yogur búlgaro ayuda a mejorar el metabolismo y la flora intestinal.

Del mismo modo, resulta útil para la cicatrización de heridas gracias a sus propiedades antimicrobianas.

Diferentes estudios realizados en Dinamarca sobre las bacterias del kéfir determinaron que este producto puede inhibir el crecimiento de células cancerígenas en el organismo.

Los probióticos presentes en el kéfir reducen la formación de posibles cuerpos cancerosos y evita el crecimiento de tumores en diferentes partes del cuerpo.

De acuerdo a este estudio realizado en la Universidad de Copenhague este producto redujo un 42% más de células cancerígenas que el yogur convencional.

Sin embargo, todo estos estudios aún se mantienen en su fase de pruebas y es difícil comprobar si este alimento es realmente funciona contra el cáncer.  

Precauciones

El kéfir no es recomendable para pacientes que sufran de una enfermedad digestiva grave, en caso de presentar cualquier padecimiento crónico lo correcto es consultar a un médico profesional.

Del mismo modo, no se recomienda congelar el yogur búlgaro ya que los beneficios suelen disminuir en más de 60%.

El kéfir no posee olor, por lo tanto, en caso de percibir un hedor fuerte o un aspecto baboso es muy probable que el alimento se encuentre en mal estado, en este caso se recomienda tirarlo a la basura.

El proceso de fermentación del kéfir produce una pequeña cantidad de alcohol etílico, este podría resultar dañino en personas que sufren enfermedades agudas del hígado.

En dosis excesivas puede causar dolor en el área abdominal e incluso podría generar diarrea y/o nauseas.

Para evitar cualquier tipo de intoxicación se recomienda consumir no más de 1 vaso al día, evitando hacerlo en horas de la noche.

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